miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL ARTE DE VIVIR EN PAREJA...



... "El amor no exige resultados... El amor riega, cuida y acompaña los procesos. El amor no pide hijos, ni éxitos, ni prestigio, ni abundancia material, ni rostros contentos a nuestro alrededor como certificado de su existencia. No se mide por ninguno de esos parámetros, sino por el modo en que nos tratamos, por la manera en que nos acompañamos, por el alimento que le damos a nuestra intimidad, por la confianza que nos generamos y prodigamos, por la mutua solidaridad y por la que sembramos en nuetro entorno.

Vivir con otro es, en definitiva, abrir los horizontes y no cerrarlos en torno a requisitos previos; hacer mapas mientras se camina, en lugar de caminar dentro de los estrechos límites de un mapa - ya sea el de los mandatos, el de los deberes o el de las expectativas que otros descargan en nosotros -. Se trata de transformar los proyectos en efectos. Es decir, no quedar atrapados en los planes que construimos para el otro aún antes de conocerlo o en los que el otro tenía asignados para quien estuviera en el sitio en el que ahora estamos. En lugar de partir inflexiblemente en busca de lo proyectado, nos proponemos permitir al vínculo florecer y dar frutos propios. Y darlos maduros, en la estación que corresponde. Es muy probable que una relación de buen amor dé frutos muy parecidos a los que contemplaban nuestros proyectos. Pero serán efectos de una causa: productos de una convivencia, de un tránsito, de una historia, de lo vivido, de lo gestado. No te amo por lo que serás ni por lo que deberías ser, sino por lo que eres"...
("El arte de vivir en pareja". Sergio Sinay)